¿¿En qué país vivimos??

Parece, al igual que se hizo en la anterior legislatura, que el gobierno está planteándose inyectar dinero a la Banca para sanearla. La vez anterior, la idea fue que el dinero que se daba a la banca a un tipo de interés casi simbólico, fuera destinado a las empresas y familias para reactivar la economía. Este dinero al final lo destinaron a comprar deuda y las empresas no vimos ni un solo euro.

Ahora resulta que el dinero que van a recuperar de los impuestos que nos han subido, de los medicamentos que vamos a pagar, de los recortes en educación, en políticas sociales, etc… Vamos a utilizar este dinero para dárselo a los bancos y que puedan sanear sus cuentas, esto es de locos. Me lo quitas a mi, me bajas mi poder adquisitivo y mi capacidad de ahorro, haces que tenga problemas para poder llegar a final de mes y pagar mi hipoteca al mismo banco al que le estoy prestando mi dinero. ¿¿En qué país vivimos??

Si las familias y las pequeñas empresas somos el motor de la economía, ¿¿por qué no vemos ni una sola medida, ni ahora ni antes, que nos ayude a seguir adelante?? ¿¿Por qué todo son trabas y dificultades para poder desarrollar nuestra actividad?? Ahora los ayuntamientos van y piden un ICO para poder pagar las deudas que adquirieron con proveedores y no pudieron/quisieron pagar. Yo voy a solicitar uno para mi empresa por una cantidad irrisoria para contratar a una nueva persona (generar empleo) y expandir mi negocio y resulta que me piden garantías personales ¿¿??.¿¿Qué garantías presenta un ayuntamiento que no tiene dinero ni para pagar a sus proveedores?? Mi empresa el año pasado, en su primer año y en plena crisis, dio beneficios (cuentas presentadas en el registro mercantil). En una época como esta, son las mejores garantías que se pueden dar.

Pero no, los gobiernos, autonomías, ayuntamientos, cabildos, etc.… se han gastado lo que tenían y lo que les iba a llegar y ahora resulta que los de siempre tenemos que apretarnos el cinturón. ¿¿No se les va a pedir responsabilidades a estos políticos?? Yo si no tengo dinero de la empresa para pagar las nóminas lo tengo que coger del dinero propio para hacer frente a las deudas que pueda contraer como empresa. Por qué no se piden responsabilidades a esta gente. Le vamos a dar dinero a Bankia, una empresa creada no hace mucho con una persona al frente puesta por la política, que ahora dimite… ¿¿y sus responsabilidades por no hacer las cosas bien??

Esto es de locos, saben ustedes que nos gastamos más de 240 millones de euros en coches oficiales en España. Son cifras aproximadas, ya que como ocurre en otras muchas cosas, no hay un control ni un censo oficial. Diputaciones con coches de más de 100.000€ (Audi, BMW, etc.. todos de gama alta). En el año 2010 éramos los sextos del mundo en coches oficiales, más de 35.000 vehículos. ¿¿Se lo pueden creer?? Añadan los diferentes gastos asociados al mantenimiento de los mismos y hagan las cuentas.

Ante todo esto me pregunto ¿¿quién controla a la clase política que hace con nuestro dinero lo que les viene en gana??: aeropuertos que no se llegan a inaugurar, estaciones de alta velocidad sin servicio, carreteras por las que no transita ni la niña de la curva, proyectos adjudicados por valores muy superiores a los de mercado … Pero que puedes pedir cuando para llegar a la cumbre solo necesitas pertenecer al partido o haberlo financiado … ¿¿Hay algún tipo de oposición o examen para ser un cargo público??, ¿¿Hay que hacer alguna carrera??, ¿¿Pasar alguna prueba de aptitud??, pero si no saben ni hablar idiomas, ¿¿ qué les vamos a pedir de economía??. ¿¿Un presidente de gobierno o de autonomía que en una comunidad europea no sepa hablar inglés y alemán como mínimo y de forma fluida?? Claro está, que para hacer bien su trabajo se rodean de numerosos cargos de confianza o como se les llama ahora Asesores.

Los números, según la Federación Española de Municipios y Provincias, de las últimas elecciones fueron: 8.116 Alcaldes, 68.462 Concejales, 1.040 Diputados Provinciales y 157 Consejeros de Cabildos Insulares. En un país con una crisis como la que tenemos, sumen el coste que tiene la clase política y se llevaran las manos a la cabeza.

Creo que hemos perdido la vergüenza y todo vale en este juego. Políticos imputados que no abandonan sus cargos, miembros de la misma Casa Real, que deberían ser ejemplo y modelo a seguir, ensuciándose las manos a costa del pueblo para, presuntamente, enriquecerse de forma personal. Clubes de Futbol con deudas astronómicas que pagan fichas millonarias a los jugadores y a los que Hacienda no les pone pegas. Deportistas de elite, admirados por todos que tienen el dinero en paraísos fuera de España

Las reglas se rompieron hace mucho tiempo.

¡¡Libres o esclavos, podemos elegir!!

Atrás quedan ya los romanticismos y esas cartas que se enviaban manuscritas a la persona que queríamos o esas poesías que escribías, en papel, para expresar lo que sentías en ese momento hacia la persona amada. Incluso esas facturas que nos llenaban el buzón de la entrada, junto a la publicidad. El papel está tendiendo a desaparecer y a mí, que siempre he sido un romántico, me da mucha pena.

Los medios de comunicación electrónicos han hecho que cambiemos muchos aspectos de nuestras vidas y entre ellos la comunicación. Los Whatsapps han dejado atrás las llamadas de voz para decirnos las cosas o para quedar, Facebook nos permite compartir fotos con el mundo sin tener que hacer copias en papel para enviar a cada persona que queramos enseñárselas, Skype permite vernos las caras y enviar mensajes desde el ordenador a cualquier parte del mundo, el correo electrónico ha sustituido esas felicitaciones de Navidad, cumpleaños o a las postales que mandábamos cuando nos íbamos de viaje, los eBooks han sido los últimos artículos más vendidos sustituyendo a los libros tradicionales en papel …

Han sido muchos los avances en comunicación que hemos ido teniendo, pero sin embargo a veces me queda la sensación que no tenemos un manual de buenas prácticas para poder utilizarlos correctamente.

Está claro que el progreso es bueno, que no podemos obviarlo, pero como todo en la vida pienso que hay que utilizarlo en su justa medida para no llegar a ser esclavo de la tecnología y poder llegar a saborear todos los beneficios que nos aportan.

Sin ir más lejos, tengo clientes que me envían correos electrónicos o mensajes al móvil a altas horas de la noche o en fin de semana ¿¿??. Qué esperan??, Qué les conteste mientras estoy con mis hijos en el parque o mientras escucho al sacerdote en misa los domingos??. No podemos ser prisioneros y mucho menos intentar que el otro también lo sea.

O vecinos, puerta – puerta, con los que hablo más por Whatsapp que en persona.

Creo que estamos perdiendo un poco el norte. Con el teléfono móvil hemos dejado de tener momentos de intimidad o de tranquilidad para pasar a una necesidad extrema de tenerlo todo el día con nosotros y que nos puedan localizar,… incluso cuando vamos al baño. Qué ocurre??, recuerdo con mi primera… y única novia, cuando me iba con mis padres al campo en verano. Para llamarla tenía que caminar casi una hora, cruzando un barranco para llegar al único sitio del pueblo en el que estaba la cabina de teléfono. Había quedado con ella a una hora de la tarde y siempre estaba ahí cuando la llamaba. Era una sensación maravillosa y deseabas que pasaran las horas del día para volver a llamarla, era tan solo unos minutos al teléfono, pero estaba lleno de magia, le contabas como te había ido el día y lo mucho que la echabas de menos. Ahora hay veces que la llamo, no me coge el teléfono y me empiezo a preocupar y a poner nervioso, o nos hemos comunicado tanto por otros medios, que apenas dejamos tiempo para el cara a cara.

Hoy en día con tarifas planas, Internet números frecuentes, bonos, etc… ya se ha perdido ese encanto. Queda algo por comunicar??. Estamos todo el día en contacto, incluso sabemos si estás ausente, conectado, desconectado, etc… Pero si te fijas, muchas veces hablamos pero no decimos nada, son comunicaciones impersonales, carentes de contenido.

Todo esto lo hablo desde mi propia experiencia, le he dedicado mucho tiempo a la tecnología y aunque profesionalmente me va muy bien, creo que personalmente debo mejorar e intentar hacer de ella un vehículo que me conduzca a una mayor felicidad. Tengo que marcar yo los tiempos y empezar a romper las cadenas que me atan a todo lo que se enchufe o lleve pilas.

No podemos ni imaginar lo que está por llegar y es por ello que debemos estar preparados para hacer un uso racional de las cosas y sobre todo que nos hagan vivir más felices y no más encadenados.