En estos días se han publicado los datos del Barómetro de Opinión del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) y me gustaría comentar un dato que refleja muy claramente nuestra preocupación: un 26,9% (un punto más que en Julio) de los encuestados considera un problema a la clase política, justo por detrás del desempleo y los problemas de índole económica.
Es triste, pero la percepción que tenemos de nuestros dirigentes, de aquellos que tienen que sacarnos de esta situación es el tercer punto que más nos preocupa a los ciudadanos. Alcanza la cota más alta de toda la democracia.
Si leemos o escuchamos las reacciones de los representantes públicos ante estos datos, la culpa es de los otros. No son capaces de mirarse al espejo y analizar la situación con la frialdad que requiere, no son capaces de aprender de sus errores y los culpables siempre son los otros. Esta actitud infantil es la que nos lleva a la situación actual en la que estamos: los que gobernaron anteriormente se quejan de los recortes y de las medidas que aplica los actuales y estos a su vez critican la política de despilfarro que realizaron los anteriores. No se dan cuenta de la actual situación económica por la que pasa el país, la cantidad de familias desesperadas y el aumento del nivel de pobreza, sin olvidar la imagen que transmitimos hacia el exterior, los inversores han perdido la confianza en nosotros y por consiguiente las ganas de emplear su dinero en nuestro país.
No se dan cuenta que, independientemente de ideologías, hay que remar en el mismo camino, olvidarse de lo que ha pasado y enumerar conjuntamente todas aquellas medidas que hagan que nuestro país salga de la actual coyuntura económica y social por la que está pasando.
Cuando unos 80.000 niños han caído en la pobreza en el último año en España, lo que hace que el 27,2% de la población infantil española esté por debajo del umbral que marca dicha situación, nos encontramos con noticias como la que publica Europa Press: “Zapatero alquila un chalet de lujo con opción a compra, con patio japonés, piscina en la azotea, gimnasio y ascensor”.
O también esta otra que se publicó en su momento (les recomiendo leer hasta el final) donde se comenta el Sueldo del Expresidente del Gobierno.
¿Que podemos esperar de nuestra clase política? Es deprimente, cuando este señor cobra de nosotros, de nuestros impuestos, del rendimiento de nuestro trabajo… ¿Cuál es su trabajo actual?, ¿Qué hace?
Les dejo un enlace a una Web, para que puedan comprobar en el territorio nacional, como es nuestra clase política y como la corrupción no tiene colores ni banderas: nolesvotes.org
De vergüenza, pero lo malo es que nos da vergüenza a nosotros y ellos siguen echándose las culpas unos a otros, claro está, porque no tienen argumentos suficientemente sobrios ni claros para poder ayudarnos a salir de esta situación a la que nos han permitido llegar sin control y sin solución.
Que podemos esperar de políticos sin estudios, sin experiencia en la empresa privada. Son ellos los que nos tienen que enseñar a nosotros políticas de austeridad, cuando van rodeados de cargos de confianza, vehículos oficiales, cobrando dietas y un sinfín de privilegios que tienen simplemente por pertenecer a un partido político que nos tiene que representar a nosotros.
Esto solo se solucionará cuando realmente tengan responsabilidad penal sobre sus actos. A partir de ese momento, aunque tampoco me fio mucho, ya no será lo mismo jugar con el dinero que no es tuyo.