Las letras Canarias

Ayer asistía a la inauguración de la exposición “Las letras Canarias” de mi amigo y fotógrafo Chiqui García. El evento fue muy entrañable ya que se dieron cita tanto los escritores que forman parte de la muestra, como gran cantidad de amigos de este gran profesional pero mejor persona.

No es la primera vez que expone su trabajo, pero si a la primera que yo asisto, al retomar una amistad que teníamos en la infancia, hace unos años, gracias al destino profesional de cada uno.

Chiqui Garcia y algunos de los escritores protagonistas de la muestra.

Chiqui vuelve al mundo de la fotografía, después de estar un tiempo apartado profesionalmente del mismo, pero como se puede comprobar en las imágenes de la muestra, conserva todo su aspecto creativo y cautivador que hace plasmar los sentimientos más profundos en cada una de ellas. En esta ocasión ha fotografiado a una serie de escritores canarios en su ambiente natural, siendo un trabajo muy complicado el conseguir expresar en una imagen lo que estos hombres y mujeres enuncian con las letras.

Para mi como amigo, fue un enorme orgullo el estar presente y ver el trabajo tan profesional que ha realizado Chiqui.

Desde aquí quiero desearle el mayor de los éxitos, en esta nueva andadura, en el mundo de la fotografía profesional

La exposición tiene lugar en la Fundación Mapfre de la Villa de Arucas, en la Calle León Castillo, 6 y podrá ser visitada hasta el día 23 de Noviembre.

www.chiquigarcia.es

 

Para un amigo…

Hoy se han cumplido 5 años desde la pérdida de un gran amigo y si soy sincero, ya nada ha vuelto a ser lo mismo sin él. Pese a la diferencia de edad que teníamos, creo que nos entendíamos muy bien llegando, a ser por momentos confidentes y en otros cómplices. Manteniendo una relación muy estrecha y entrañable.

El de arriba quiso que un día como hoy dejara de tenerlo a mi lado, son cinco años, pero parece una eternidad. Ya nada es lo mismo sin el, las reuniones familiares ya no tienen el mismo sentido, es más, en muchos casos ni me apetecen las reuniones familiares, ya que en el fondo creo que sigo esperando y deseando que entre por la puerta de mi casa con sus bromas y con su forma de ser. A parte de un amigo era mi cuñado y durante más de 20 años compartimos muchas celebraciones juntos: cumpleaños, aniversarios, pero sobre todo unas fechas como las que se aproximan que son las de la Navidad en las que toda la familia, tanto natural como política se unía para pasar momentos inolvidables. En gran parte siento que era por el y por lo que transmitía, que esos momentos eran especiales, por su forma de cocinar, por su forma de ser, por como atraía a la gente a su lado.

Una enfermedad se me lo llevó en un abrir y cerrar de ojos y siempre me ha quedado le pena de no saber si pude hacer algo más por él o si le llegué a decir lo importante que era para mi y lo mucho que me había ayudado a integrarme en una nueva familia.

Lo hecho mucho de menos y me cuesta hasta pasar por delante de su casa. Hay cosas que nunca entenderé de esta vida que nos ha tocado vivir y es como se nos priva de gente tan buena y sin embargo nos hacen padecer a gente sin corazón y sin alma que lo único que quieren es alimentarse de nosotros hasta que nos han chupado la última gota de sangre y nos dejan de lado cuando ya no les somos útiles.

Amigo, desde ahí arriba se que estás haciendo guardia por tu familia, por tu mujer y por tu princesa que tanto te echan de menos. Espero y deseo que algún día nos volvamos a ver y que me prepares alguno de esos platos que te salían tan bien.

Te quiero.

 

El problema de la clase política

En estos días se han publicado los datos del Barómetro de Opinión del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) y me gustaría comentar un dato que refleja muy claramente nuestra preocupación: un 26,9% (un punto más que en Julio) de los encuestados considera un problema a la clase política, justo por detrás del desempleo y los problemas de índole económica.

Es triste, pero la percepción que tenemos de nuestros dirigentes, de aquellos que tienen que sacarnos de esta situación es el tercer punto que más nos preocupa a los ciudadanos. Alcanza la cota más alta de toda la democracia.

Si leemos o escuchamos las reacciones de los representantes públicos ante estos datos, la culpa es de los otros. No son capaces de mirarse al espejo y analizar la situación con la frialdad que requiere, no son capaces de aprender de sus errores y los culpables siempre son los otros. Esta actitud infantil es la que nos lleva a la situación actual en la que estamos: los que gobernaron anteriormente se quejan de los recortes y de las medidas que aplica los actuales y estos a su vez critican la política de despilfarro que realizaron los anteriores. No se dan cuenta de la actual situación económica por la que pasa el país, la cantidad de familias desesperadas y el aumento del nivel de pobreza, sin olvidar la imagen que transmitimos hacia el exterior, los inversores han perdido la confianza en nosotros y por consiguiente las ganas de emplear su dinero en nuestro país.

No se dan cuenta que, independientemente de ideologías, hay que remar en el mismo camino, olvidarse de lo que ha pasado y enumerar conjuntamente todas aquellas medidas que hagan que nuestro país salga de la actual coyuntura económica y social por la que está pasando.

Cuando unos 80.000 niños han caído en la pobreza en el último año en España, lo que hace que el 27,2% de la población infantil española esté por debajo del umbral que marca dicha situación, nos encontramos con noticias como la que publica Europa Press: “Zapatero alquila un chalet de lujo con opción a compra, con patio japonés, piscina en la azotea, gimnasio y ascensor”.

O también esta otra que se publicó en su momento (les recomiendo leer hasta el final) donde se comenta el Sueldo del Expresidente del Gobierno.

¿Que podemos esperar de nuestra clase política? Es deprimente, cuando este señor cobra de nosotros, de nuestros impuestos, del rendimiento de nuestro trabajo… ¿Cuál es su trabajo actual?, ¿Qué hace?

Les dejo un enlace a una Web, para que puedan comprobar en el territorio nacional, como es nuestra clase política y como la corrupción no tiene colores ni banderas: nolesvotes.org

De vergüenza, pero lo malo es que nos da vergüenza a nosotros y ellos siguen echándose las culpas unos a otros, claro está, porque no tienen argumentos suficientemente sobrios ni claros para poder ayudarnos a salir de esta situación a la que nos han permitido llegar sin control y sin solución.

Que podemos esperar de políticos sin estudios, sin experiencia en la empresa privada. Son ellos los que nos tienen que enseñar a nosotros políticas de austeridad, cuando van rodeados de cargos de confianza, vehículos oficiales, cobrando dietas y un sinfín de privilegios que tienen simplemente por pertenecer a un partido político que nos tiene que representar a nosotros.

Esto solo se solucionará cuando realmente tengan responsabilidad penal sobre sus actos. A partir de ese momento, aunque tampoco me fio mucho, ya no será lo mismo jugar con el dinero que no es tuyo.

Las redes de nuestros hijos …

Ayer escuché una frase en la radio que me dejó pensativo: “Las redes sociales nos acercan a los que tenemos lejos y nos alejan de los que tenemos cerca”. Pensando en esto, creo que tiene toda la razón del mundo. Si te fijas en la calle, cada vez son más los que caminan mirando para abajo, para su teléfono móvil, van enviando mensajes, subiendo fotos, compartiendo comentarios, pero no se dan cuenta por donde pasan ni con quien se cruzan. No prestan atención a lo que ocurre alrededor suyo sino solamente encendiendo y apagando la pantalla del móvil cada vez que le llega un mensaje o una alerta.

Se ha implantado tanto en nosotros que ya es imposible vivir sin estos nuevos sistemas de comunicación y disminuye cada vez más la edad en la que comenzamos a hacer uso de los terminales móviles.

Una estadística publicada hace unos meses decía que un 53% de los españoles sufre ansiedad o miedo si se olvidan el móvil en casa (Nomofobia: miedo irracional a salir de casa sin el móvil) y que consultamos el móvil una media de 34 veces al día.

Pero el problema no somos los adultos, según estudios recientes la edad media de inicio en la telefonía móvil por parte de los menores españoles se sitúa en los 11 años, mientras que la de acceso a los Smartphones es a los 13 años.

Adicción a la tecnología

Esto nos da una idea de hacia dónde vamos, pero lo que no sabemos es lo que estar por llegar. Antes la preocupación estaba en las consolas y en los videojuegos. Ahora con los Smartphones y las tarifas planas de acceso a Internet ya no hay límites para el consumo de información y el control que los padres podemos hacer sobre lo que realizan nuestros hijos, se ve cada día más mermado. El peligro que puede tener la utilización incorrecta de los dispositivos es real y su efecto en el desarrollo personal y humano de los niños/jóvenes, sin entrar en su desarrollo intelectual, puede ser desastroso. Cambios en el carácter, ansiedad, agresividad, desapego familiar y a las relaciones humanas, etc…

Grabar videos y subirlos a la red, fotografías comprometidas, mensajes amenazadores, son algunas de las prácticas que no tienen un control y que pueden marcar la vida de estas pequeñas criaturas en una edad tan conflictiva.

Mi hija con 9 años me dice que niños de su clase ya tienen móvil (9 años), se han fijado cuando salen y ven a los padres por un lado con el móvil y a los hijos por otro, juntos, pero distantes. Claro está es una manera de que no molesten, además el gasto está controlado con las tarifas planas, por lo que cada vez hay menos preocupación.

¿Se han preguntado como utilizan sus hijos estos dispositivos, que fotos suben, que información están desvelando, como los están conociendo a ellos y a sus hábitos el resto de la comunidad?. ¿Se han preocupado en conocer cómo afecta el uso de las redes sociales y/o el teléfono móvil a la personalidad o al desarrollo de su hijo?

Creo que debemos reflexionar, viendo como nos ha cambiado la vida a nosotros que ya tenemos una personalidad desarrollada y ver las consecuencias que pueden tener sobre ellos que todavía están “en construcción”. No estoy en contra de las redes sociales ni de la tecnología, de hecho me da de comer. Lo que si estoy en contra es del uso sin control y de la permisividad por parte de los padres y/o tutores. Debemos tener en cuenta que lo que sembremos hoy es lo que cosecharemos el día de mañana y que es responsabilidad nuestra.

El peligro no está en la tecnología, sino en la utilización que hacemos de ella.