A veces me pregunto qué significa ser un buen jefe.

En mi corta andadura como empresario (dícese de aquel que ha tenido la osadía de montar una empresa), me han ocurrido situaciones en las que debes tomar decisiones en la que intervienen muchos factores, pero sobre todo los humanos y la forma de tratar a la gente que trabaja contigo.

Desde que comencé a trabajar en Kalise, posteriormente en Canary Network y finalmente en Airtel-Vodafone, tenía claro que quería trabajar para mi y tener mi propio proyecto empresarial en el que no tener que dar explicaciones a ningún jefe y no tener un horario que cumplir. Lo conseguí!!, efectivamente no tengo un jefe, tengo n-jefes (cada uno de mis clientes, mi esposa y mis dos hijos) y por supuesto no tengo un horario que cumplir ya que son tantas las horas que dedico al trabajo que apenas tengo horas libres.

Eso si, tengo la satisfacción de poder decir que en la época en la que estamos quiero sacar adelante una empresa, tecnológica, dedicada al mundo de la informática y las comunicaciones, tener conmigo un equipo humano magnífico y gente que, creo, confía en lo que hago.

Mi carácter me hace ver a las personas como personas y a la gente que trabaja conmigo como compañeros. Esto me lleva a pensar si estoy en lo correcto ya que veo como algunos de mis clientes tratan a la gente con la que trabajan y veo los resultados que obtienen y me pregunto si ese debería ser el método a seguir. No me gusta tener muchos clientes, prefiero dedicarme a cuidar y fidelizar los que tengo y sobre todo a no engañarlos y ofrecerles lo mejor de mi y lo que puede ser mi mejor valor, mi conocimiento. Me gusta formar parte de mis clientes y no quiero sentirme imprescindible, pero si necesario. El palo llega cuando, después de muchos años, alguno me trata como si fuera una subcontrata y no como un compañero que le ayuda a mejorar su negocio.

A parte de la formación universitaria que pueda haber adquirido, durante mi trayectoria profesional me he caracterizado por seguir formándome en todo aquello que está en vigor, en todo lo que demandan las empresas, no me queda otra y así será toda mi vida. Pero la parte más complicada y para la que no existe una titulación oficial es a formarme como persona e intentar que la gente que está conmigo sepa cuidar los valores humanos y de relaciones ya que el conocimiento se puede adquirir, pero el re-conocimiento se tiene que ganar.

Ser un gran jefe, empieza por ser un buen líder y crear una “tribu” que te siga por los valores que transmites y no por la dictadura que impones. Creo que si consigues un buen equipo y sirves de ejemplo con tu esfuerzo y con tu trabajo, consigues lo más complicado en toda empresa que es tener un grupo de profesionales comprometidos con la política de empresa y que te ayuden a conseguir los objetivos que te marques.

El precio de nuestros productos no es el más barato del mercado y seguro que hay gente que puede hacerlo mejor que nosotros. Pero no nos limitamos a ofrecer y cobrar, principalmente somos asesores y no queremos vender por vender, sino procurar soluciones rentables y comprometidas. No queremos un cliente para hoy, sino un socio para siempre y que sea nuestra principal fuerza de venta comercial.

Estoy seguro que no saldré en las principales revistas de economía como el empresario del mes, ni por haber montado una macro-empresa, pero si que estoy orgulloso de día a día ir cultivando mi marca personal.