2014 el año de mi frustración

Qué triste es descubrir, que allí donde pensabas que se te valoraba como persona y se tenía en consideración el trabajo que realizabas, solamente era así mientras fueras de utilidad y sobre todo mientras regalases tu tiempo y esfuerzo.

Este año 2014 ha sido muy desilusionante, hasta el último día he tenido que pasar por situaciones que me han hecho cuestionar mi forma de actuar. Me ha servido para darme cuenta que las cosas no son como yo pensaba en lo que a los negocios se refiere y que he pecado de alma cándida en este terreno.

En muchas ocasiones he antepuesto los intereses de mis clientes y el que las cosas saliesen como ellos necesitaban al beneficio de mi empresa o incluso al mio propio. He dedicado horas, esfuerzo, incluso mi propio dinero en ocasiones, pensando en que mis clientes, a los que llegué a considerar, en algunos casos, casi amigos, tuvieran el mejor servicio que se les pudiera prestar, sin importar el coste que ello pudiera tener.

Pero esta “crisis” ha hecho aflorar lo peor de mucha gente,  no solo en cuanto al tema económico, sino a la “carencia de valores”. He pasado de entrar al dormitorio de mis clientes, metafóricamente hablando, a ser un proveedor más, con el que se negocia a la baja todos los servicios que presta y no solo eso, sino a poner en entredicho la profesionalidad y lo que es peor la honradez con la que lo realizas. Me he llevado desencantos personales que me han dolido mucho, sobre todo porque no te los esperas.

Yo sigo siendo el mismo, dando lo mejor de mi en cada momento, ofreciéndome para lo que sea necesario, anteponiendo en muchas ocasiones el trabajo a mi vida personal, dedicando horas y horas sin contraprestación. Todo esto ha sido inútil.

Al final descubres, muy a mi pesar, que este juego se reduce a una simple transacción comercial, en la que prestas un servicio que ellos necesitan y por el que pagan lo que consideran que vales. Ni más ni menos, no caben otras opciones, no caben otras implicaciones, no hay nada más que un negocio y ¿por qué? , porque el dinero lo puede todo y lo tergiversa todo.

Estás mientras seas útil y no cuestes mucho, porque desde que piensen que lo que pagan por los servicios que prestas es demasiado ya comienza a ir todo mal y se buscan argumentos sin sentido y razones sin razón para cuestionar todo lo que haces y lo que cobras por ello. Ya no eres tan bueno como cuando me arreglas el ordenador de casa y no me cobras o como cuando te llaman para que conectes el iPlus a Internet o un domingo veas por qué no le llega el correo a su iPhone. Cuando ya le pones un precio a tu tiempo, aunque este sea muy por debajo del mercado, por tener la consideración que es un cliente tuyo, ya no se te mira igual. Ya se te amenaza con frases como: “pues hay mucha gente que lo haría por menos”, “el mercado está lleno de empresas de informática”, “no creo que seas el único que sabe hacerlo” … Es triste llegar a este punto.

Claro, así me lo dice mucho mi mujer, la gente te quiere porque le eres útil. Cuanta verdad, siempre me he resistido a creerlo, pero ya he tocado fondo en ese aspecto y me he dado cuenta que es cierto. Me he llevado tantos palos y tantas desilusiones, que voy a tener que aprender a ser un empresario al uso. A mirar por mis propios  intereses y a valorar más mi trabajo.

Los valores por los que siempre he luchado y los que intento enseñar a la gente que trabaja conmigo han quedado obsoletos y sin sentido. Cuando entras al mundo empresarial y quieres ser algo, tienes que morder primero para marcar el terreno. Pensar primero en ti, luego en ti y al final en ti y si para ello tienes que hacer cosas con las que no estés de acuerdo, hacerlas. Ya no importan las personas, ni los sentimientos, tan solo importa el dinero y  no implicarte (como los médicos con los pacientes), realizar el trabajo y cobrar por ello.

No se si podré llevarlos a cabo, porque muchas de estas prácticas van en contra de mi personalidad y de mi forma de ser, pero si es cierto que a partir de ahora me cuidaré muy mucho de perder mi tiempo y dinero con todo aquel que no sepa reconocer que tras esta empresa y cada uno de los que la conformamos, hay PERSONAS integras, leales y que darán lo mejor de si en cada momento. Que trabajaremos con dedicación en cada tarea que se nos encomiende, que nos formaremos para ser cada día un poco mejor, como personas y como profesionales y que cada cliente será para nosotros el más importante

Eso si, que no piensen que va a ser gratis.